jueves, 28 de mayo de 2009

Santiago menopáusico me reconoce por las calles peladas
teme mis manos frías moviéndose en los bolsillos entre
monedas papeles piedras migas y entonces
me sé peligroso de esta sintomática noctivagancia paranoica
en que las paredes sólo callan callan y callan desde quién sabe qué
alineación de planetas alienados orgullosos de tan perfecto eclipse
sus tumores son temores horrendos como espinilas ciegas
que les impiden imaginarse en el medio de un estacionamiento
o caminando en el medio del campo o el mar o el firmamento
anárquico sin su espíritu ya refugiado en la adictiva gruta
de cenicera carne de cañón.

martes, 26 de mayo de 2009

METATRON





Desperté y habían pasado ya diecisiete noches y dieciseis días. Alguien había desvalijado mi casa completamente. Las paredes estaban rayadas con siglas incoherentes y dibujos obscenos, bajé la escalera y me encontré con que el primer piso había sido incendiado. Entre las cenizas, mi madre, mi abuela y mi bisabuela tomaban té entre los escombros, en completa paz. Sólo mi abuela me miró, sonriente. Salí de la casa y decidí ir a la playa. En vez de eso, en el camino entré a la iglesia que también estaba quemada. Aunque me pareció ver al cristo sonriendo en la cruz, preferiría no asegurarlo. En el altar, un mendigo hacía fumar marihuana a un quiltro. Me senté junto a ellos y conversamos largamente sobre su madre, su abuela y su bisabuela. Me aseguró ser bisnieto de Gabriela Mistral. Se parecían bastante, y tambien el perro; quizás en la forma, quizás en el temor por el prodigio.
A menudo me sucede pensar que el parietal izquierdo de mi cerebro está pensando hacia adelante y el derecho hacia atrás, concentrados en distintas cosas. Siento que sólo logro prestarle atención al pensamiento progresivo y que estoy desatendiendo gran parte de la realidad regresiva. De esta forma, intento asir ambas dimensiones y al concentrarme completamente, sólo logro doblarle la mano a mi parietal derecho y hacer que funcione de manera progresiva. Esta vez, sin embargo, sucedió todo lo contrario. Mi parietal izquierdo empezó a retroceder. Al comienzo no veía nada y sentí un fortísimo dolor de cabeza. Es lo que he oído nombrar como interlimbo. Entonces, súbitamente, me encontré tirado en un túnel que luego reconocí como la autopista que va por abajo del río. No había rastros de vehículos. Sólo una pronunciadísima curva que no podía desembocar sino en sí misma, como un río, como el tiempo. Hacia ambos lados la autopista se curvaba de igual forma. Caminé hacia uno de los lados sin ninguna razón en particular. De un momento a otro me di cuenta que me estaba siguiendo la oveja Dolly. Cuando me di vuelta, me miró fijamente a los ojos, mascando hojas de coca, y me dijo ¡beeeeehhhhh! Desde entonces ya temía que mis nietos olvidaron mi futuro. Más adelante una escalera colgaba del techo y se sumergía en la oscuridad absoluta que emanaba desde un agujero en el piso, como el sol, que en su centro atesora su propia sombra. Aunque dicen que para ver este tipo de cosas primero se debe perder la vista y luego recuperarla, tengo la certeza de que mi descripción resultará inteligible para alguien. Para Dolly si lo fue. Decir que bajé y bajé y bajé se hace repetitivo y no resulta exponencial de mi descenso eterno entre una oscuridad tal que me hacía dudar de todos mis otros sentidos. Por un momento dejé de sentir la escalera y me figuré que simplemente estaba cayendo en la nada. No veía nada; intenté poner una mano sobre mi pecho y no palpé nada. No podría haber estado gritando porque el silencio todo lo abrasaba. Ni hablar del oler o degustar algo, facultades que aún no recupero y estoy dudando de haber poseído alguna vez. No hay nada que temer cuando la derrota es perfecta.















vvv


martes, 19 de mayo de 2009

SUBLEVAUX

Y sin embargo tu superestructura de amor es una construcción que fue, es y será demolida por espectros esqueléticos que aman al amor antes que a la infinita sabiduría mundana




como el más cegador de los enigmas









VVV

sábado, 16 de mayo de 2009

y cortó

- Aló
- Aló
- ¿Carlos Fuentealba?
- Con él
- Ah, me equivoqué.

Porlomenospreciado

Como un viejo tísico,

bajo el puente menosprecio la física

bebo alquitranes proféticos

y la vida se me hace un espejo líquido

una religión algebraica

una logia ilógica

del descalabro pírrico

llueven sonidos mágicos

las palabras se me hacen nórdicas

la espera mística

y el río, aritmético

estamos en la América

, un delirio ultrasónico

, donde el olvido es magnético

la infancia cósmica

el amor antipático

la clase romántica

la dignidad fálica

Desaprendo la cruz centrífuga

por una superestructura vandálica

que de este flujo oceánico

refulge en tus ojos antárticos

saciando el derrotero cíclico

y brotando... anárquica

martes, 12 de mayo de 2009

Bajo el dorado estival se refresca tu cabellera
Sobre tu cuello cae suave el crepúsculo del otoño
Ante la profunda luna ártica tus ojos son interminables
y en tus labios amanece el fulgor de la eterna primavera;


ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
nnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Asi me pasaría yo el añolllllllllllllllll
en un díaoooooooooooo ooooo
vvvvvvvvvvvvvvVVVVV

domingo, 10 de mayo de 2009

La pura idea de una mariposa que desciende hasta lo más hurgado,
turbulentamente
Dice algo el viejo delirante
para significar lo inverso,
luego dice nada
y jura que está en camino.

Esplendor

I.

Para gracia de la suerte, el amor
No sabe decidir sino
La visión más libre
La espera más larga
La más fría primavera

II.

Hay otro conmigo que te mira
Y que te ama de verdad
Por eso a esta soberbia pluma
No le creas nada

III.

Si no existieras
Toda mi esperanza
Sería más subterránea

IV.

Aquella luna llena
Y tus ojos profundos, luna llena
¿Se conocen de alguna época?

V.

¡Álzate amor desde mi infinito túnel!
Que quiero morir volando en tu aroma
Sobre floreados mareos
y nubes oceánicas.

BRAVATA

Si no existe vía más rápida hacia la naturaleza que el amor
¿Por qué la mirada se me pierde justo en ningún lugar?
-Estás comiendo de soledad, mimando de irritable,

Corres por tu justicia como un gato cayendo del tejado
Las rocas del fondo no son de nadie, sólo esperan
a que ufano de olvido, desee morder tus pupilas,

Te me apareces entre el verbo y el sustantivo ¿Por qué?

Si no tuviera perros mi conciencia no sería una casa,
Si no fueras imposible no podría olvidarme de mí.