miércoles, 5 de agosto de 2009

cortar círculos

Carlos fue embrujado un viernes 17 de abril –año nuevo musulmán y mes de cosecha en el hemisferio sur-. Una hermosa princesa le había hecho un secreto tradicional, heredado de familia. Una cosa completamente sanguínea. Carlos era un joven con el futuro iluminado, tanto intelectualmente, monetariamente como las mentes que él se propusiera (a través de los cercos sociales). Iluminado en la vida, y eso él lo sentía.

Pero fue hechizado, lo que conlleva una pérdida de ‘libertad’ en las decisiones de su camino. Es raro –aunque muy normal- pero hoy él lo agradece. Suelo pensar que es única y exclusivamente que porque el hechizo mismo lo obligó a olvidarse de su digna juventud, así como de su cada vez más convencida lucha. Luego supe a través de una gitana, que fue un sacrificio de gallina, en una playa lejana llamada ‘La Corazones’. Es que es un sistema –por nombrarlo de algún modo- tan grande que siempre encuentra la forma de restar gente a la vida. A la lucha.



Luca tiene sólo unos pocos días más que el embrujo fuera realizado a su padre. Nació un 25 de abril. Carlos quien alguna vez estuviera alucinado con las estrellas y los círculos se sentía feliz, pero siempre su corazón tenía sentimientos enredados. No le quedaba otra que pensar que se estaba volviendo loco y que al lado suyo se encontraban las dos personitas más hermosas de la tierra.



Rumores dicen que escribió alguna vez de sus sentimientos; eso hacía que se entrelazaran más.

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