domingo, 7 de junio de 2009

Guarda tu corazón en
el nocturno horizonte
de un mar calmo y cristalino
que refleja el firmamento,
que toda perturbación no sea
sino una ínfima gota
cayendo sobre el líquido espejo.

Nada es para siempre
y siempre,
será para nada
si nos creemos visibles
a las estrellas.



Piérdete de vista
con tu propia luz.



























vvv

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